jueves, 3 de mayo de 2012

La historia de una nube



Una y mil razones han habido para que mi blog de textos quedara olvidado y empolvado por varios meses. 
La intención de “Un Relato al Mes” había quedado abandonada.    

Hay muchas actividades en la vida a las que uno entra con absoluta disciplina cuando se trata de cosas prácticas y sé que los escritores siempre han aconsejado que para comenzar a escribir hay que primero sentarse para poder hacerlo. Pese a escuchar en mi cabeza este consejo, había muchas cosas que se necesitaban apaciguar en mi mente para poder encontrarle el inicio a este hilo que me permite ir desenrrollando  despacito  para que una historia se vaya conformando.   

Y las cosas, como las fechas, tarde o temprano llegan. Y hoy supe y sentí que era el día para dejar salir algo a través de estos sencillas líneas para marcar una nueva etapa en la vida de mi familia inmediata. 

Dentro de unos días será la graduación universitaria de Isabel, una Isabel que desde niña sabe, cuenta y escribe historias.  En los próximos días cerrará una puerta para abrir una nueva y me queda claro que en esa mochila que siempre carga con sus cámaras y en su bolsa de Perú que jamás suelta, lleva todas las herramientas que le ayudarán en combinación con su inteligencia y su capacidad para ver y amar la vida.    

Isa hace poco nos confesó a Alfredo y a mí que algo que le había gustado mucho de nosotros es que siempre la tratamos desde pequeña como si fuera ya una persona grande. Eso no significó que no disfrutara al igual que nosotros con ella de una tierna infancia donde cada noche se dormía después de ser leída y cantada- donde cada uno teníamos un repertorio coral distinto para acompañarla al mundo de los sueños.   

Ella voló de casa a temprana edad, antes de cumplir sus quince años pues tenía el deseo y la curiosidad de descubrir y abrir todas las puertas que estaban frente a ella y que le permitirían conocer otros mundos y desde el momento en que partió la he extrañado todos y cada uno de los días de mi vida y más aún si oigo a Serrat cantando: “Qué va a ser de ti lejos de casa…nena que va a ser de ti” 

¿Pero cómo podíamos detenerla? Habíamos de impulsarla a lograr esos sueños que apenas eran pequeñitos pero que tal como lo veo hoy han afianzado la raíz de una planta trepadora que sube y sube y entre sus hojas la envuelve, la protege del sol si es necesario, y le permite seguir escalando. 
Isa está llena de anécdotas, de historias, de canciones. Su vida es intensa y apasionada. Su plática grata e inteligente. Su entrega a los que ama es incondicional. 
Su vida es austera, jamás se anda con rodeos y a las cosas las llama por su nombre. 
Amo y envidio su fortaleza ante todo lo que se le presenta. Aprendió a luchar y a solucionar.  

En unos días la podré ver con su toga y su birrete y justo ahorita que escribo, en este torrente de recuerdos y nostalgia me viene al corazón y a mi cabeza el momento en que una tarde de Septiembre cuando apenas comenzaba el Primer Grado de Primaria nos anunció en la mesa:   
-Este año yo le voy a pedir a Santaclós que me traiga una Nube.    
Yo de inmediato me imaginé cosiendo una nube de gasa, rellena de suave algodón, con hilos transparentes para colgarla en su cuarto. ¿O hacerle una Quilt de nubes? ¿O pintarle una acuarela?  Pero ese no era el tipo de nube que Isa quería.  Ella deseaba una nube de verdad.  Habíamos pensado que la historia se iba a diluir con aquel bombardeo de comerciales de juguetes en la tele y las jugueterías…. 
-Isa, y si pides que te traiga el Yate de Barbie? ¿La Barbie que patina? ¿El juego de las Princesas?
Ni siquiera escuchaba.   
-Yo estoy segura que voy a recibir la nube, decía.  -Y cuando me suba al camión de la escuela, voy a sorprender a todos abriéndola y de mi nube va a caer la lluvia.    

Ya no era “Una Nube” Ahora era “ Mi Nube “.   Al paso de las semanas cuando vimos que la petición  cobraba más y más fuerza, Alfredo y yo nos dimos cuenta que estábamos en un verdadero lío. 
En aquellos tiempos, en el negocio de Alfredo trabajaba un tipo muy brillante pero a cuan más extraño.  Podía resolverte el problema más complejo pero no le dejaras a su cargo una llave para que se la entregara a otra persona pues su día se convulsionaba. 
Con dichas cualidades y personalidad era muy factible que nos pudiera ayudar a resolver aquel problema.  
Alfredo le expuso el reto. 
-Dame un par de horas para pensar y resolverlo, le respondió. 

Durante el transcurso de la tarde, lo vimos sentado por varias horas en un banco del parque , inmóvil y pensativo.    Ya entrada la noche nos envió una lista de materiales garabateada en la parte posterior de una nota de venta.    No tengo el recuerdo exacto de cada uno de los ingredientes que mandó pedir para elaborar el milagro pero algunos de ellos eran: thinner , éter, cera para zapatos blanca de la marca “El Oso” (Ojo que una marca distinta no iba a funcionar) y otras tres o cuatro sustancias.    Recibió una bolsa con los encargos, tomó el Metrobús y desapareció.  Dos, tres días, 23, 24 de Diciembre al mediodía.   

- Allí lo busca E. anunciaron en el interfón, y de una bolsa de mercado aquel hombre sacó un frasco de vidrio de esos con sello de presión de goma.  Dentro había una sustancia transparente y un poco espesa.  Nos le quedamos viendo.   
 –No se preocupen, es normal.  La nube se va a formar.  Y diciendo esto se marchó por donde vino.   

Alfredo  colocó el frasco junto al pequeño zapato de Isa y ambos pedimos en silencio que sucediera lo que E. había pronosticado.    A la mañana siguiente, cuando Isa vio el frasco se agachó y permaneció inmóvil y en silencio, solo observando.  Lo tomó entre sus manos y vio como una nube danzaba dentro de aquel diáfano líquido. 

 Lo fascinante del momento para nosotros no era el fenómeno químico sino los ojos de la criatura, la transparencia de su pensamiento al saber que lo que uno le pide a la vida es factible de realizarse.    La nube no se quedó atrapada permanentemente así como no puede atrapar para siempre un arco iris.  De hecho, aún conservamos el frasco con sello de presión de goma y aunque ya no tiene pinta de nube, algo siempre flota allí dentro.   

Muchas anécdotas se desprendieron de nuestra historia después de ese día, incluyendo otras criaturas que habían decidido pedir para el año entrante no solo una nube sino también una estrella.  
Ahora llega el momento en el que a Isa le toca ir por la estrella y no dudo que la alcance pues siento que su cielo estará repleto de ellas. 

7 comentarios:

Clara Gonzalez de Cossio dijo...

Fascinante relato Ale, como siempre.
Mucho éxito para Isa y como bien dices: logrará lo que se proponga, como no!! viniendo de esos padres.

ildita dijo...

Amiga mia, los felicito pues nada mas el amor y la dedicacion llevan a tan bellos momentos.... todo es como un proyecto en el que con los insumos necesarios y las mejores condiciones, garantizas un excelente resultado en este caso... es una Bella persona lista y dispuesta a Vivir la Vida... Felicidades !!

MONICA dijo...

Querid ALe, como te podrás imaginar, quedo gratamente conmovida con tu relato, pues estamos unos pasos atrás de ésto que están viviendo ahorita, muchas Felicidades, por haber seguido su corazón y haber apoyado y alentado a Alfi y a Isa a cumplir sus suños. Los Queremos Monica, Fermín y FAm

Brendaboo dijo...

Tu relato es increible! Tanto Alfie como Isa seran grandes, cumpliendo sus sue˜õs con el apoyo de tan admirables padres. Felicidades!

Unknown dijo...

Hola Ale. =)
Que bonito relato. Me dio mucha risa cuando platicas que tu esposo y tú estaban en un problema con eso de la nube.
No te conozco en persona, pero me gusta poder compartir tu alegría y la de tu familia como si fueramos grandes amigas. Tus relatos me hacen sentir el calorcito de hogar.
un gran abrazo, Erika G.

Unknown dijo...

Hola Ale. =)
Que bonito relato. Me dio mucha risa cuando platicas que tu esposo y tú estaban en un problema con eso de la nube.
No te conozco en persona, pero me gusta poder compartir tu alegría y la de tu familia como si fueramos grandes amigas. Tus relatos me hacen sentir el calorcito de hogar.
un gran abrazo, Erika G.

bety dijo...

Ale, no había tenido oportunidad de leer este texto y ahora que lo he hecho solo te puedo decir que escurrieron lágrimas por mis ojos que salieron de mi corazón. Que hermosa historia! Te quiero.